Roberto Mérida Fernández
La portada de la nueva edición de la revista ‘Charlie Hebdo’, primera desde el ataque que dejara 12 muertos en su sede, exhibe al profeta Mahoma, con una lágrima y una pancarta que reza “soy Charlie”. El titular afirma: “todo es perdonado”.
Un total de 3 millones de ejemplares de la revista serán impresos en 16 idiomas.
El atentado múltiple perpetrado la semana pasada por un grupo de fundamentalistas yihadistas puso sobre la palestra pública el debate, de forma generalizada, sobre la libertad de prensa, llevando a más de 4 millones de manifestantes a las calles de Francia, y a convertir el nuevo ejemplar en uno de los más demandados.
Sin embargo, la manifestación, bajo el lema “En defensa de la libertad”, fue presidida por dirigentes de Estados, gobiernos y regímenes que en muchos casos aplican leyes y medidas que restringen la misma en sus respectivos países.
Ciertos sectores de la sociedad civil no han tardado en manifestar su voz crítica. Son varios los twits en Twitter que denuncian que el propio presidente del gobierno de España, Rajoy, aparece en la foto y hace declaraciones públicas aludiendo a la defensa de la libertad de expresión mientras aplica la llamada ‘Ley Mordaza’, que permite imponer multas a los ciudadanos por manifestarse de forma espontánea o fotografiar policías en ejercicio de sus funciones que puedan “afectar a su honorabilidad” (sin plantear el supuesto de que sea para evitar o denunciar que se extralimiten en sus funciones).
Así, Daniel Wickham, copresidente de la sociedad estudiantil sobre Oriente Próximo de la Escuela de Londres de Economía, publicó en su cuenta de Twitter algunos ejemplos que ponen al descubierto que varios de los líderes mundiales que marcharon el domingo pasado por la libertad de prensa en París actúan de manera hipócrita.
Tal es el caso del rey `Abdallâh de Jordania, quien el año pasado condenó al periodista palestino Mudar Zahrân a 15 años de trabajos forzados; del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, “que encarcela a más periodistas que ningún otro país en el mundo”; de Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, cuyas Fuerzas Armadas mataron a siete periodistas en Gaza el año pasado; así como Mehdî Jomãa, primer ministro de Túnez, quien recientemente ha condenado a tres años de cárcel al bloguero Yassîne Ayân por el cargo de “difamar al Ejército”. (www.ecuanime.es)