Ali al-Nimr es un joven de Arabia Saudí de tan sólo 21 años condenado a pena de muerte por ejercer su derecho a manifestarse.
Ali fue detenido en febrero de 2012, cuando tenía 17 años, y llevado a la prisión de la Dirección General de Investigaciones en Dammam. No le permitieron ver a su abogado, y asegurahaber sido torturado para obligarle a firmar una «confesión».
La razón de su detención fue su participación en las protestasde la Primavera Árabe contra la Casa Real saudí. Desde aquel momento, una retahíla de cargos cayó sobre él: enseñar primeros auxilios a los manifestantes, usar su BlackBerry para difundir la convocatoria,…
Su castigo: primero ser decapitado y luego crucificado en público.
Después de que la semana pasada el Tribunal Penal Especial desestimase la apelación de Ali, se espera que él y su tío, un conocido clérigo chií de Arabia Saudí, sean ejecutados en cualquier momento.
Según datos de Amnistía Internacional, en lo que va de año Arabia Saudí ha ejecutado a 134 personas, en comparación con las 90 que ejecutó en 2014. Llama la atención que aún así el gobierno saudí siga siendo uno de los grandes aliados de países europeos y norteamericanos.
Nota del Consejo de Redacción de IU Castilleja:
En Arabia Saudí, la política de Estado sigue siendo en pleno siglo XXI como en el Antiguo Régimen, en la Rusia de los Zares o en la Europa de la Inquisición.
Si esto no fuese por sí solo lo bastante trágico, resulta más trágico aún que esto esté sucediendo hoy día con el apoyo o beneplácito de potencias imperialistas extranjeras como (nada raro dado su ADN político por otro lado), EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania ó el propio gobierno español, las cuales para mayor cinismo se presumen como «no va más de la democracia» y se jactan de tachar a países que han iniciado una vía de transición a la democracia popular participativa, como Venezuela, como «dictaduras».
¿Con qué carencia total de vergüenza se atreven luego a rebuznar y pretender dar «lecciones morales» sobre aplicar los derechos humanos, que ellos vulneran a la ligera cuando estos entran en contradicción con sus intereses geopolíticos y económicos y su sed de poder, riqueza y petróleo?
Ali al-Nimr es un joven de Arabia Saudí de tan sólo 21 años condenado a pena de muerte por ejercer su derecho a manifestarse.POR LA LIBERTAD A MANIFESTARSE!
¡Y que lo digas, compañera!