Juana Rivas otra victima mas del machismo
Lo que se desprende, hasta el momento, del caso de Juana Rivas y el tratamiento que está recibiendo, tanto de los poderes públicos como de los medios de comunicación y de buena parte de la sociedad, son varias evidencias asfixiantes en las que es mejor no pensar por no deprimirse -o enfurecerse-. Aún así, ante la miopía de algunos que no parecen verlas, resulta necesario resaltarlas.
Que los hijos de Juana Rivas estén de vuelta en Italia con su padre es consecuencia de algo mucho más grave que una actuación injusta e irresponsable de la justicia. Esos niños han acabado con Arcuri porque vivimos en un sistema en el que, ante todo, está el hombre y luego todo lo demás. Cueste lo que cueste.
En este momento, en este país, no sólo las instituciones no protegen como deberían a las mujeres (que además, pagan impuestos para que se les garantice esa protección, precisamente). En España, todavía se hace entrevistas a maltratadores y se publican en portada o se emiten en prime time.
Juana Rivas se pregunta: «¿Cómo es posible que la denuncia que presenté el 12 de julio de 2016 en el cuartel de la Guardia Civil de Maracena donde explicaba mi calvario y las razones por las que tuve que huir de Italia y donde ya decía las amenazas que el padre de mis hijos me hacía constantemente -‘si me dejas te quitaré a los niños y te arruinaré la vida’; ‘tengo dinero para pagar a muchos abogados’-, cómo es posible que esa denuncia, a fecha de hoy, después de más de 18 meses, no haya sido investigada por nadie?». Si se hubiera tramitado a tiempo, «quiero pensar que todo hubiera rodado de otra manera».
«¿Cómo es posible que cuando reiteré y amplié mi denuncia el 18 de agosto en 2017, estando el padre de mis hijos en España y que por tanto, la justicia española sí tenía competencias para actuar, me volvieran a decir que no podían hacer nada?»
«¿Cómo es posible que tanto la Fiscalía como el juzgado tenga en su poder informes de personal especializado en violencia de género hechos a mi hijo mayor en los que se acredita claramente el horror que ha sufrido y no se haga nada? ¿Cómo es posible que mi hijo mayor, desesperado ante la desprotección que sufríamos, escribiera una carta que consta en el juzgado solicitando, rogando que le escucharan, y no haya recibido respuesta?»
«¿Cómo es posible que Francesco Arcuri haya presentado documentación falsa, como se demostrará en la querella que hemos presentado, diciendo que mis hijos son italianos -cuando son españoles porque no es legal esa doble nacionalidad-, y que ningún juzgado lo haya detectado y al contrario, se hayan basado fielmente en su palabra sin dar credibilidad a la mía?»
«¿Cómo es posible que mi persona se haya convertido para algunas personas y colectivos en diana de los más terribles insultos, injurias y calumnias y se manifieste públicamente tanto odio hacia mí por quienes no me conocen de nada? ¿Qué valores sustentan todo esto?